Nombre: Javier Ricardo Villavicencio
Menéndez
Asignatura: Inmunología “C”
Innate
lymphoid cells: A new paradigm in inmunology
Células
linfoides innatas: un nuevo paradigma en la inmunología
Las células linfoides
innatas son un tipo de células que pertenecen a la inmunidad innata en la cual
se asemejan sus funciones y características con los linfocitos B, sin embargo no
poseen receptores de antígenos ni se inicia la expansión clonal de los
linfocitos cuando se las estimula, como sucede en la inmunidad adaptativa. Las
células linfoides innatas se desarrollan en el hígado cuando el ser humano es aún
un feto, y a nivel de la médula ósea después del nacimiento. Una vez generadas,
las células linfoides innatas, salen de estos órganos y se dirigen a otros tejidos
que pueden estar infectados, pasando por la sangre, donde finalmente
completarán su maduración. Estas células linfoides innatas poseen una
clasificación que como he acotado anteriormente, refleja las funciones de la
inmunidad adaptativa como son los linfocitos NK o células asesinas naturales
que son la contraparte innata de los linfocitos T CD8+ citotóxicos, en tanto
que las células linfoides innatas ILC1, ILC2 y ILC3 de la inmunidad innata se
asemejan a los linfocitos T CD4+ cooperadores TH1, TH2 y TH17 de la inmunidad
adaptativa. Como ocurre en los componentes de la inmunidad innata, las células
linfoides innatas reaccionan y actúan rápidamente cuando se detectan tejidos
infectados y heridas y por consiguiente, producen una gran variedad de
proteínas como son las citoquinas, función que poseen también las células T en
la inmunidad celular.
Por lo tanto, las células
linfoides innatas activan a las células dendríticas, que son las células
presentadoras de antígenos, en donde captan antígenos microbianos que penetran
desde el medio externo, estas son residentes en ciertos tejidos para luego viajar
a los ganglios linfáticos, para finalmente presentárselos a unos linfocitos T vírgenes,
en donde desencadenan una respuesta inmunitaria específica y que a su vez
regulan a las células linfoides innatas. Las células linfoides innatas también regulan directamente las células T a
través de la presentación de antígenos peptídicos por el complejo mayor de
histocompatibilidad II. Sin embargo, las células linfoides innatas también
están implicadas en las patologías del sistema inmune, en la que la producción
de citoquinas acelera el proceso inflamatorio.
Las células linfoides
innatas protegen a los tejidos y están implicados en las respuestas de
reparación de dicho tejido a través de la producción de anfirregulina; (que es
un ligando del receptor del favor de crecimiento epidérmico) y la interleucina
13 (IL-13). Se han hecho investigaciones en la que tras una infección en los
pulmones de un ratón con el virus de la gripe H1N1, las células linfoides
innatas de tipo 2 contribuyen a la reparación de este tejido a través de la
expresión de la anfirregulina.
Nombre: Javier Ricardo Villavicencio
Menéndez
Asignatura: Inmunología “C”
Natural
antibodies and complement link innate and acquired inmunity
Los anticuerpos naturales y el
complemento unen la inmunidad innata y adquirida
Los patógenos, como
virus y bacterias pueden ingresar por el organismo de distintas maneras, las
principales vías son a través del epitelio mucoso del tracto respiratorio,
digestivo, urinario y también a través de la piel. Por lo general las
infecciones virales y bacterianas en las superficies de la mucosa estimulan al
sistema inmune que se limita a dicho epitelio y luego a los ganglios linfáticos
locales cuyos principales mecanismos efectores están mediados por los
anticuerpos IgA secretores y los granulocitos, en tanto que las infecciones a
nivel de órganos periféricos como la piel van a estar controlados por los
linfocitos T citotóxicos con la capacidad de extravasar y entrar en los tejidos
periféricos que han sido infectados. Cuando los patógenos infecciosos entran a
la circulación sanguínea van a participar ciertos componentes celulares de la
inmunidad innata que van a potenciar a los anticuerpos naturales que son la
primera línea de defensa contra la propagación hematogénica, evitando así que
las infecciones se irradien a los órganos vitales. A los largo de muchas
investigaciones se ha logrado buscar que los anticuerpos naturales pueden
contribuir a la protección del organismo mediante el aumento de la fagocitosis
de parásitos; además de la lisis directa o indirecta de un patógeno, se ha
demostrado que los anticuerpos naturales participan en el aclaramiento de los
eritrocitos, en los desechos intracelulares y los agentes infecciosos de la
circulación.
La mayoría de los
anticuerpos naturales pertenecen al isotipo IgM; sin embargo, también se han
descrito algunos anticuerpos naturales de IgG e IgA. Debido a que estos
anticuerpos naturales son polirreactivos con una variedad de antígenos propios
o extraños pueden estar implicados en
enfermedades autoinmunes como son el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) y la Anemia Hemolítica
autoinmune. Los anticuerpos naturales y el sistema de complemento son
importantes ya que potencian la inmunogenicidad dirigiendo el antígeno a los
órganos linfoides, como por ejemplo la captura de antígenos en la zona marginal
del bazo, en la que van a participar
unos componentes celulares encargados de la presentación de dichos antígenos a
los linfocitos, que son las llamadas células dendríticas y en donde la concentración
aumentada de estos antígenos permite que se activen las respuestas inmunitarias
específicas mediadas por los linfocitos B y linfocitos T, ya que favorecen la activación
y el mantenimiento de la respuesta inmune.
Entonces se debe
distinguir claramente estos procesos, en primer lugar, la filtración del
antígeno al bazo y, por lo tanto, el aclaramiento del patógeno infeccioso de la
circulación, que previene la infección de los órganos periféricos vitales, que
va a ser mejorada por los anticuerpos naturales independientemente del
complemento; y en segundo lugar, la agrupación del antígeno dentro de los
órganos linfoides que depende de un sistema de complemento intacto.